LUZ ENTRE LOS DÍAS. Aprender a desconectar.
🌿 Luz entre los días – Aprender a desconectar
Hay algo que me ha costado tiempo aprender:
🌷No se descansa solo cuando se para, sino cuando se cambia de ritmo.
En el trabajo todo es urgente, racional, práctico.
Pero fuera del horario laboral, no podemos seguir funcionando igual. El cuerpo no lo aguanta, el alma se agota y el espíritu se queda sin voz.
Por eso ahora, cuando termina mi jornada, hago una pausa suave. No salto de una tarea a otra. Me detengo. Me cambio de ropa, bajo la luz, enciendo una vela. Pongo música tranquila o dejo que el silencio me arrope.
Aprender a desconectar no es desconectarte de la vida, es volver a conectar con la parte de ti que no trabaja. Con la que contempla, respira, escucha, siente, imagina.
🌱 Pequeños gestos diarios que me ayudan
• Tomarme un té o infusión sin pantallas al llegar a casa.
• Ordenar algo pequeño con calma, sin exigencias.
• Dar un paseo corto aunque esté cansada, solo para oxigenarme.
• Ducharme despacio, como si fuera un ritual.
• Escribir tres líneas en una libreta, sin pretensión.
• Cenar con tranquilidad, aunque sea algo sencillo.
🌤️ Los fines de semana y los días de fiesta
He dejado de planearlos como si fueran una lista de cosas pendientes.
Ahora los veo como un campo abierto para recuperarme y celebrarme.
Limpio un poco, cocino lo necesario, hago la compra. Sí. Pero sin prisa, con música, con ventanas abiertas y ropa cómoda.
No me pongo metas imposibles ni dejo que la casa se convierta en una fábrica.
Después, me regalo tiempo de calidad:
• Una siesta si el cuerpo lo pide.• Un desayuno largo con el periódico o un libro bonito.
• Una visita improvisada a alguien que me hace bien.
• Un rato con amigos, con la familia … para reírnos de lo cotidiano.
• Ir a ver el mar. Caminar sin meta. Escuchar.
Porque descansar no es solo dormir.
Es también sentirse viva fuera del trabajo.
Es mirar al cielo, compartir un trozo de tarta, bailar sin motivo, o simplemente estar sin tener que explicar nada.
🕊️ Recuperar el cuerpo, el alma y el espíritu
No somos solo músculos ni pensamientos.
También somos energía, emoción, sensibilidad.
Para descansar de verdad necesito no solo dormir, sino también:
• Comer algo rico sin culpa.
• Decir que no cuando necesito quedarme en casa.
• Decir que sí cuando mi corazón quiere compartir.
• Hacer algo que me guste aunque no sea “útil”.
• Recordar que no vine a este mundo solo a producir.
Un abrazo.
“No trabajes tanto que te olvides de ti.”